Mano robótica unida a huesos y nervios funcionó perfectamente durante años

La mano robótica conectada a huesos y nervios funcionó perfectamente durante años

Una mujer sueca de 50 años que perdió la mano en un accidente en la agricultura ha sido equipada con una prótesis biónica revolucionaria que ha mejorado profundamente su calidad de vida. La mano artificial, desarrollada por Prensilia y un equipo de investigadores internacionales, se conecta directamente a los huesos, músculos y nervios del usuario, lo que permite movimientos precisos de los dedos e incluso una limitada sensación de tacto.

Según un informe del 18 de octubre de Science Alert, Karin, cuyo nombre completo se mantiene en secreto, perdió su mano derecha hace más de 20 años. Desde que recibió la mano biónica hace tres años, ha recuperado la capacidad de realizar el 80% de sus tareas diarias, como preparar alimentos, recoger objetos y abrir bolsas y puertas. Además, la prótesis también ha reducido significativamente su dolor crónico de miembro fantasma.

Según el investigador principal Max Ortiz Catalán de la Universidad de Tecnología de Chalmers, esta es la primera mano robótica con electrodos internos que demuestra viabilidad a largo plazo para amputados por debajo del codo. La prótesis contiene sensores incrustados dentro de la mano en lugar de en la superficie, lo que permite una estimulación neural más directa y constante. Esta novedosa interfaz humano-máquina integra la biología y la electrónica, mejorando drásticamente la precisión del agarre y el control motor.

Fusión de los implantes de titanio conectados a los huesos ulna y radio de Karin directamente con su tejido óseo vivo

La innovación clave que permite una integración perfecta se llama “osseointegración”: se fusionan los implantes de titanio conectados a los huesos ulna y radio de Karin directamente con su tejido óseo vivo. Esto crea una conexión permanente y sólida para acoplar el brazo robótico.

Además, se conectaron injertos musculares de la pierna de Karin a los implantes, lo que proporciona un punto de reanclaje para los nervios y músculos del brazo que fueron cortados. Los injertos musculares contienen electrodos para amplificar las señales hacia la interfaz protésica.

Debido a que la mano se une directamente al esqueleto en lugar de utilizar acoplamientos convencionales extraíbles, los pacientes pueden usar su prótesis cómodamente durante períodos prolongados. La unión esquelética directa también permite una retroalimentación sensorial precisa. La precisión del agarre de Karin mejoró casi un 400% en comparación con las prótesis tradicionales. Después de años de dolor crónico de miembro fantasma, ahora necesita mucha menos medicación.

La mano biónica, llamada Mia Hand, fue desarrollada por Prensilia y financiada por la Comisión Europea. Ortiz Catalán la considera un paso prometedor hacia las extremidades biónicas de próxima generación. Actualmente está trabajando en Ucrania para ayudar a los amputados heridos en la guerra.

Este dispositivo representa un avance importante en la prótesis, liberando a los amputados de las limitaciones de las tecnologías anteriores. El anclaje directo al hueso y los sensores incrustados podrían hacer que las extremidades biónicas de sensación más natural estén disponibles para millones de personas en todo el mundo.

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