Esta historia es bastante asombrosa. Se trata de un hombre que tenía un exceso de glóbulos rojos y, como resultado, dominó los eventos olímpicos.
La piel de Mäntyranta se ha enrojecido progresivamente porque su cuerpo produce un exceso de glóbulos rojos.
En los Juegos de 1964 en Innsbruck, Austria, Mäntyranta fue incomparable. Ganó la carrera de 30K por más de un minuto y la carrera de 15K por 40 segundos, un margen de victoria nunca antes igualado en los Juegos Olímpicos. Mäntyranta competiría en dos Juegos Olímpicos más y ganaría siete medallas en total.
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Su alto recuento de glóbulos rojos, medido hasta en un 65 por ciento por encima de la media
El genetista finlandés Albert de la Chapelle encontró el intercambio único de letras de ADN en el gen del receptor EPO de Mäntyranta. El receptor EPO es como una cerradura que espera la llave: la hormona EPO. Una vez que la llave está en la cerradura, el receptor le indica a una célula de médula ósea que comience el proceso de crear un glóbulo rojo.
En el cuerpo de Mäntyranta, se deshabilitó el mecanismo de frenado que detiene la creación de glóbulos rojos, por lo que la producción se desbocó. [1]
[1] Corrí más rápido debido a mi “gen deportivo”
