Según el funcionamiento del sentido del olfato de nuestro cuerpo: podemos almacenar la composición de un olor para posiblemente recrearlo, pero no podemos crear generadores de olor espontáneos.
La forma en que nuestro cerebro detecta los olores es a través de la nariz (duh). Los receptores químicos en el interior de las fosas nasales pueden detectar moléculas que flotan en el aire y generar un impulso eléctrico. Esto viaja a través de los nervios hasta el cerebro. Este impulso eléctrico en tu cerebro es lo que te lleva a oler el aroma y a reconocerlo como el dulce aroma de un pétalo o el olor acre de la carne podrida.
Quizás te preguntes cómo podemos oler objetos sólidos entonces. Podemos olerlos porque pequeñas partículas o granos que se asemejan al polvo pueden viajar por el aire. Al inhalar, podemos aspirarlos por la nariz y sentir el olor.
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Como resultado, podemos codificar la naturaleza de estas moléculas y su composición en datos digitales. La mayoría de los aromas que reconocemos son moléculas orgánicas complejas y a través del análisis químico de estos compuestos (como a través de la espectrometría de masas, absorción IR, etc.) podemos descubrir la estructura exacta de estas moléculas. Sin embargo, sintetizar ese aroma es difícil de hacer sobre una base compacta, no industrial, mientras se mantiene la capacidad de generar muchos olores en lugar de uno solo. Muchas reacciones de síntesis orgánica requieren condiciones que no son seguras fuera del laboratorio, como altas temperaturas, presencia de catalizadores corrosivos, etc.
Por lo tanto, si el propósito de la pregunta es preguntar si se pueden crear generadores de olores similares a los altavoces de sonido y los monitores visuales, entonces, en el futuro previsible, no podemos hacerlo, porque nuestro sentido del olfato no se basa en la detección de ondas como ondas de sonido u ondas electromagnéticas que se pueden generar fácilmente.