¿Será posible aspirar metódicamente CO2 de la atmósfera hasta que los niveles de CO2 estén en niveles aceptables?

En teoría, claro. En la práctica, poco probable.

Ya tenemos la tecnología para extraer CO2 del aire. En principio, podemos reducirlo a carbono elemental, o algún otro compuesto sólido, y simplemente acumularlo. El problema es que a) esto requiere grandes cantidades de energía yb) requeriría instalaciones masivas si quisiéramos hacerlo a escala planetaria.

Recuerde que se han necesitado literalmente millones de automóviles, fábricas y plantas durante un siglo para llevar todo este CO2 a la atmósfera, luego considere cuánto se necesitaría para recuperarlo.

Una ruta más fácil sería cosechar continuamente material vegetal y hornearlo en carbón, que luego podríamos almacenar. Las plantas extraen el CO2 para nosotros, y los convertimos nuevamente en carbono, para que no vuelva al aire. El problema con eso (además de la mano de obra masiva y la energía que requeriría) es que el crecimiento de las plantas está limitado por el suministro de tierra fértil y agua dulce. Es poco probable que podamos hacerlo lo suficientemente rápido como para compensar el carbono que producimos todos los días.

Si encontramos una manera de detener todas las emisiones de carbono, en teoría podríamos volver a la normalidad a los niveles de carbono, desafortunadamente vamos en esa dirección equivocada.

Además de las plantas como se mencionó, hay una serie de tecnologías de “captura de aire” en varias etapas de desarrollo, y funcionan. Pero hay dos problemas. 1) La economía: sin un precio significativo en el carbono que se extrae del aire, el despliegue de estas tecnologías no va a suceder. 2) La magnitud: cambiar significativamente las concentraciones atmosféricas implicaría eliminar miles de millones y miles de millones (¡potencialmente cientos de miles de millones!) De toneladas de CO2 de la atmósfera. Y poniéndolo en alguna parte. Si alguna vez llegamos al punto de probar este enfoque, realmente desearíamos no haberlo puesto en la atmósfera en primer lugar. Ese es el enfoque inteligente de riesgo.

Las plantas lo hacen todo el tiempo. Han estado alrededor por un tiempo.

Es posible aspirar CO2 de manera eficiente y enviarlo al espacio, pero a los poderes fácticos no les importa invertir en eso. Pensar en las generaciones futuras está más allá de su alcance.