Ese cambio solo puede ser percibido o pensado desde una perspectiva subjetiva que está en constante cambio. Aquí hay 2 ejemplos para rascar la superficie.
1) Percibo una cosa transitoria (digamos una hoja verde) y sus cualidades cambian (de verde a marrón), y creo que sé que lo que percibí por primera vez (una hoja verde) es una y la misma cosa que Las cualidades son diferentes (una hoja marrón). Pero si definí lo primero por sus cualidades, me quedo estancado cuando me muevo para afirmar que la identidad de la segunda cosa (una hoja marrón) es la misma que la primera.
2) Percibo lo que, en relación a mí, es algo permanente (por ejemplo, el sol, algún otro objeto de tiempo profundo). Sin embargo, mi experiencia con el tiempo cambia con mi actitud hacia él (por ejemplo, de novela, a familiar, a alguna otra actitud emocional / psicológica hacia él como el amor o la fobia, etc.). Así reconozco el cambio por autorreflexión, no por percepción de la cosa. Yo no lo cambio.
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Para más información sobre esto, lea Henri Bergson L’elan vital: un ensayo sobre los datos inmediatos de la conciencia. O cualquier parte de la filosofía del proceso.
Henri Bergson (Enciclopedia de filosofía de Stanford)