Fallingwater es extraordinario. Incluso si nunca ha estado allí, es probable que reconozca la imagen clásica de la casa flotando sobre la cascada. Pero no fueron solo los méritos de Fallingwater lo que la convirtió en la casa más famosa del mundo.
Según el autor Franklin Toker, era el cliente de Wright, el magnate de los grandes almacenes de Pittsburgh, la ambición de Edgar J Kaufman de hacer de su nueva casa la casa privada más famosa del mundo. En “Fallingwater Rising”, Toker cuenta la historia de la intensa campaña mediática que Kaufman ideó para presentar la casa al mundo.
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En enero de 1938, la imagen de Fallingwater recibió una amplia exposición en los medios impresos de los Estados Unidos. En lo que fue un golpe extraordinario para Wright, ese mismo mes todo el número de la revista “Architectural Forum” se dedicó al nuevo trabajo de Wright con Fallingwater como protagonista. En el mismo mes apareció Wright, con su dibujo de Fallingwater, en la portada de la revista Time, otra publicación de Henry Luce. Fue un regreso dramático para Wright, que había sido completamente dejado de lado por la Depresión al haber construido una sola casa entre 1929 y 1935.