¿Cuál debería ser la prioridad de un gobierno?

La pregunta supone que salvar la vida silvestre y garantizar el bienestar humano son mutuamente excluyentes. Esto no es necesariamente cierto. Este punto de vista representa un extremo de un continuo. El otro extremo habla de “ganar-ganar”, o mi favorito personal, “ganar-ganar-ganar”, donde se supone que todos deben tomarse de las manos y vivir felices para siempre. ¡Ninguno de estos extremos es común! En cambio, como todo lo demás en la vida, tiene muchas áreas grises en el medio, que requieren compromisos.

Entonces, si se trata de suministrar agua para que la gente beba o para que los pequeños agricultores rieguen los cultivos para su sustento básico, no hay duda de que es la prioridad. Habiendo atendido esas necesidades básicas, entonces debemos comenzar a buscar alternativas de compromiso. Por ejemplo, ¿es realmente necesario que los grandes agricultores cultiven cultivos que requieran riego por inundación, extrayendo el agua de pozos que se profundizan cada año? ¿Por qué no cultivar cultivos adaptados a ese clima seco y practicar el riego por goteo? ¿Es realmente necesario ese campo de golf? Este es el punto donde uno necesita hacer una distinción entre la necesidad humana y la codicia humana.

La complejidad de tales situaciones es muy alta, pero pueden resolverse si las partes involucradas están realmente interesadas en soluciones de compromiso. Lamentablemente, muchos no lo son, pero algunos sí, lo que brinda esperanza.