Creo que hay una respuesta simple a esta pregunta. Evalúo mi vida como parte de un solo organismo de múltiples especies. Un organismo se define como una máquina que puede convertir otras formas de energía para su propio propósito. Creo que la razón detrás de la muerte de un solo organismo es que toda la vida orgánica puede seguir podando y creciendo. Todas las especies poseen una forma de conciencia. El organismo madre, del que todos formamos parte, es una extensión del universo. Cualquier cosa que responda a un estímulo es consciente. Los organismos son máquinas que responden a los estímulos y que también poseen una agenda. El universo también es una forma de conciencia consciente.
Cuando mueres, ¿hay una pérdida o un cambio en la conciencia? Pensar en tener que morir lleva a uno a las zonas finales de la metafísica. Es aquí donde mis creencias empíricas personales se convierten en un activo. Como veo el universo como una entidad viviente en evolución que lucha por la complejidad, es posible que no desperdicie la conciencia desarrollada de un organismo cuando la maquinaria deja de soportarlo. Para mí, lo importante es recordar que tenemos muchas preguntas que están más allá de nuestra capacidad de respuesta porque solo tenemos acceso a unos pocos marcos de referencia.
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