¿Cómo se libera el dióxido de carbono?

Hay dos fuentes principales de dióxido de carbono (CO2) que se liberan a la atmósfera.

Uno es la respiración natural de los animales (y plantas). Los humanos, por ejemplo, inhalan oxígeno y exhalan dióxido de carbono. El oxígeno entra con la inhalación en los pulmones. Se une a la hemoglobina en los glóbulos rojos en el proceso de transferencia de oxígeno, una transferencia a través de una barrera osmótica entre pequeños sacos en los pulmones y pequeños capilares. Ese oxígeno va a todas las células del cuerpo y se usa para muchos procesos químicos. Algunos de esos procesos liberan dióxido de carbono, que se transporta de regreso en la sangre a los pulmones y fluye a medida que fluye el oxígeno. Luego lo exhalamos. Las plantas capturan más dióxido de carbono del que emiten, pero, por la noche, liberan algo de dióxido de carbono.

La segunda actividad que libera dióxido de carbono es el fuego. La quema de carbono combina oxígeno atmosférico (O2) con carbono en algún tipo de molécula (C) para liberar energía. Las moléculas de carbono en el carbón, el petróleo, el gas natural, la madera y otros combustibles tienen enlaces de carbono de alta energía. Cuando estos se rompen en un incendio, el oxígeno se une con el carbono para producir CO2, con enlaces de carbono-oxígeno de menor energía, y el exceso de energía se libera como calor, que se utiliza como calor, o para generar energía.

La liberación de dióxido de carbono a la atmósfera ha sido una parte natural del proceso de la vida durante más de 2 mil millones de años, y también la reabsorción de dióxido de carbono por las plantas en crecimiento. A partir de finales de 1800, especialmente como resultado de la segunda revolución industrial, el equilibrio comenzó a cambiar debido a la actividad humana. La producción de energía controlada proporcionó muchas ventajas, permitiendo tanto el aumento de la población humana de menos de mil millones en 1800 a más de 7 mil millones en la actualidad. Además, el consumo de energía por persona ha aumentado mucho, debido principalmente al calentamiento y enfriamiento de espacios, refrigeración y congelación, transporte, iluminación y fabricación, todos los cuales utilizan una gran cantidad de energía.

Si deseamos liberar menos CO2 a la atmósfera, podemos hacerlo generando energía a través de energía solar, eólica, de olas, mareomotriz y geotérmica, y también de otras maneras.