¿Cómo aprendieron las plantas que podían usar insectos?

Las plantas no “aprenden” cosas. Tienen genes. Los nuevos genes surgen a través de diversos mecanismos (recombinación de cromosomas individuales, mutación, combinación sexual, etc.). Si produce algo que lo ayuda a sobrevivir y reproducirse, lo mantiene, no a través de “decidir” que ayudó sino simplemente porque “sobrevivir y reproducirse” es mantenerlo.

La coevolución de las plantas con flores y los insectos fertilizantes se remonta al comienzo de ambos. Las plantas habían tenido esporangios durante mucho tiempo, partes para exponer sus esporas al viento. Algunas plantas desarrollaron, por casualidad, esporangios que eran más accesibles para los insectos, y los insectos transportaron el polen de uno a otro, ayudando a difundir el gen más ampliamente.

Durante los siguientes cientos de millones de años que se convirtieron en flores. Ni los insectos ni los insectos lo pensaron. Fue solo una variación y selección al azar, con ADN llevando estrategias exitosas de una generación a la siguiente. Las plantas no tienen que decirles a sus hijos sobre estas estrategias; Todo está codificado en los genes.

No soy científico ni biólogo y creo de todo corazón en la evolución.

Sin embargo, a menudo me pregunto si nuestros conceptos y teoremas del mundo natural son completamente correctos.

Para mí está claro que no solo nos hemos caído del cielo y que muchos otros mamíferos y animales tienen idiomas (y, en el caso de los delfines y ballenas, entre otros, tienen cultura (incluida la música, etc.)), así que a menudo preguntarse por las plantas.

¿Se quedaron atrás por completo cuando se trata de lo que llamamos “inteligencia”? * Joshua Engel corrige esto a “comportamiento”. *

Alimento para el pensamiento, de todos modos. Incluso si es “psuedoscientific”.

Un libro que disfruté leyendo y que impulsó mis reflexiones es La vida secreta de las plantas , de Peter Tompkins y Christopher Bird. (Aunque en gran medida se considera pseudociencia, al menos proporciona otra perspectiva. Quizás dentro de 100 años también tendremos una perspectiva diferente sobre las plantas).

Otra historia corta que impulsa mi imaginación hacia nuevos caminos es “The Sound Machine” de Roald Dahl.

Es divertido pensar en diferentes posibilidades de cómo funciona nuestro mundo, incluso si esas ideas son en gran medida imaginarias. 🙂