Para ponerlo en perspectiva, un compuesto iónico es un compuesto formado por un conjunto de átomos de tal manera que un subconjunto de átomos cede electrones al otro subconjunto de átomos. Uno de los principales factores determinantes para los compuestos iónicos es la diferencia entre la afinidad electrónica entre los átomos.
Se forma un compuesto iónico cuando un conjunto de átomos está muy dispuesto a ceder electrones a un conjunto de átomos codiciosos de electrones. Piense en esto como los ‘gatos gordos y sus empleados, los ratones’. Los átomos, como el flúor y otros elementos con fuerte afinidad electrónica, realmente quieren electrones y se aferrarán a ellos. ¡Estos son los ‘gatos gordos’, aunque en algunos compuestos iónicos, los capturadores de electrones pueden ser más pequeños que los donantes de electrones! Los ratones, que están representados por átomos con muy baja afinidad electrónica, están dispuestos a donar electrones que llevan. Los átomos que agarran electrones se vuelven mucho más estables cuando retienen electrones, mientras que los átomos que donan electrones abandonan orbitales parcialmente llenos para estabilizarse de la misma manera que el tipo anterior.
En efecto, el intercambio de electrones entre los átomos de alta y baja afinidad produce lo que llamamos ‘cationes’ y ‘aniones’, que son iones positivos y negativos respectivamente. En compuestos reales, el intercambio no es perfecto y los átomos pueden ser parcialmente iónicos. Sin embargo, si la diferencia en la afinidad electrónica entre los átomos es tan grande, la ionización puede completarse. El umbral de ionización completa ocurre cuando la electronegatividad (una medida de afinidad electrónica) entre dos átomos o especies difiere en 1.7 unidades o más. Los compuestos que contienen especies que tienen una diferencia de 1.0 a 1.7 unidades son parcialmente iónicos y pueden describirse razonablemente con especies iónicas. Aquellos con diferencias de electronegatividad mucho más pequeñas no se describen adecuadamente como compuestos iónicos, por lo que se consideran covalentes o con una distribución igualitaria de electrones entre los átomos. Al observar las interacciones entre los átomos en un compuesto, cada enlace se examina por separado. Por lo tanto, podemos tener un compuesto que es en parte covalente y en parte iónico. Esto se ve en el carbonato de calcio, que se ha unido covalentemente a aniones de carbonato y cationes de calcio iónico. También vemos lo mismo con el carburo de calcio, donde observamos unidades discretas de C2 que se comportan como aniones para los cationes de calcio. Depende de si las dos o más especies en un compuesto iónico se estabilizan o ganan mucha energía al distribuir los electrones de manera desigual (como en los ratones que dan comida a los gatos, no tienen nada para sí mismos), en comparación a lo que ganarían al compartir electrones por igual (los ratones comparten su comida con los gatos).
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Por lo tanto, un compuesto iónico es cualquier compuesto que favorece distribuciones de electrones desiguales y produce cationes y aniones discretos. Los compuestos iónicos pueden ser amorfos, pero con frecuencia son cristalinos, porque los cationes y aniones discretos a menudo encuentran maneras de mantenerse separados entre sí (no hay dos especies iguales una al lado de la otra, y siempre tratan de mantener los cationes rodeados de aniones y viceversa) . Incluso hay líquidos iónicos, que tienen aniones y cationes distintos, pero no pueden permanecer juntos como un sólido a las temperaturas típicas.
