¿Qué evidencia hay de que Sharovipteryx mirabilis tenía extremidades anteriores?

No hay una tonelada que se sepa sobre el “lagarto cometa de Sharov”, además de lo obvio; tenía patas traseras inusualmente larguiruchas, los restos de lo que parece ser un patagium unido a las patas traseras del animal y parcialmente a su cola. La razón principal por la que se sabe tan poco sobre este animal es que solo se conoce a partir de un solo espécimen fósil mal conservado.

Dicho esto, mucho sobre la anatomía de este animal se basa en evidencia circunstancial, como posibles parientes y lo poco que tenemos del esqueleto. Afortunadamente, el patagium está lo suficientemente bien conservado como para que podamos tener una idea de su forma general, que era un triángulo que se extendía desde los dos pies hasta la base de la cola hasta las “axilas”.

Se desconoce la función exacta del patagium, pero la teoría más aceptada actualmente es que el animal lo utilizó para deslizarse de la copa de un árbol a la otra. Ahora, dado que el patagium no se adhirió a los antebrazos, la forma de la membrana no nos dio indicios de la presencia de antebrazos. Sin embargo, el tamaño sí. Verán, el patagium solo se extendió aproximadamente dos tercios del camino desde las patas traseras hasta la cabeza, pero solo se fijó en dos puntos de movimiento pectoral, lo que significaba que la estabilidad habría sido un problema. Para detenerse, se planteó la hipótesis de que se empleó la cola, pero para equilibrar, se determinó que la cola habría sido insuficiente. Por lo tanto, los científicos teorizan que el animal tenía alguna forma de antebrazo que usaba como cabestro en un insecto, para ayudarlo a equilibrarse y girar en vuelo.