La luna es solo una de las cosas que afecta a los satélites en órbita. El sol ejerce presión de radiación sobre los satélites. Y la tierra en sí no es del todo redonda, lo que arroja la agradable y ordenada mecánica orbital. Para las órbitas terrestres bajas, como la ISS, las briznas de la atmósfera proporcionan una resistencia pequeña pero continua.
Una contabilidad completa de la mecánica orbital más allá del término de primer orden puede ser bastante complicada. Para ver algunos de los detalles, consulte:
Teoría de los satélites geoestacionarios
- ¿Por qué la Tierra tiene gravedad?
- ¿Cuál es la forma más rentable de escapar de la gravedad de la Tierra? ¿Qué pasa con LEO?
- ¿Qué le sucedería a la tierra y a las personas en ella si la fuerza gravitacional desapareciera por un segundo y luego volviera?
- ¿Cuáles son las diferencias entre la gravedad de la luna y la gravedad de la Tierra?
- ¿Existe alguna posibilidad de cambiar la dirección de la revolución de la tierra alrededor del sol mediante el uso de una serie de bombas nucleares en la superficie?
La solución se llama mantenimiento de estación orbital. El satélite necesita un pequeño propulsor para proporcionar correcciones de rumbo. Las correcciones son pequeñas, del orden de decenas de metros por segundo cada año, pero dado que el satélite requiere una masa de reacción para eso, se requiere un cuidadoso mantenimiento del combustible en el diseño del satélite. Algunos usan un propulsor iónico, que puede proporcionar un empuje pequeño pero continuo con muy poca masa de reacción, y se alimentan eléctricamente (por lo que pueden recargarse mediante paneles solares).