Las personas escriben libros o artículos según lo que quieran hacer para comunicarse con su campo. Por lo general, los libros reflejan años de erudición y tienden a ser de amplio alcance, resumiendo años de trabajo. Los artículos son importantes para difundir rápidamente las noticias de algún descubrimiento. Por lo general, cubren un área mucho más pequeña de material de investigación que los libros.
No es sorprendente que, en los campos científicos, con descubrimientos en rápido desarrollo, sea mucho más común escribir artículos que escribir libros. Por otro lado, en las humanidades, donde la actualidad del trabajo es menos importante que la profundidad de la exploración de temas, los libros son más comunes.
En ciencia, las personas compiten para ser las primeras en hacer algún descubrimiento. Hay muchos casos de descubrimiento múltiple de algo casi al mismo tiempo. Una vez que se descubre algo, no tiene sentido volver a descubrirlo. ¡Entonces realmente no quieres ser el segundo en encontrar algo! Es por eso que muchos artículos científicos tienen información listada en la primera página del artículo, indicando cuándo el texto fue recibido por la revista y cuándo fue aprobado para su publicación, en caso de que haya disputas entre dos personas sobre quién llegó primero.
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En las humanidades, ocasionalmente hay tales competencias cuando, por ejemplo, se descubre un nuevo tesoro de materiales de investigación, digamos algunas cartas de una persona famosa que antes eran desconocidas, pero generalmente la presión del tiempo no es tan intensa en estos campos. Incluso si dos académicos escriben biografías de un autor famoso al mismo tiempo, se entiende que cada autor aportará sus propias ideas únicas al trabajo. Entonces, si un académico toma diez años para escribir esa biografía, por lo general no hay pánico sobre la posibilidad de que alguien más escriba sobre el mismo tema.