El principio al que se refiere dice que no puede conocer (con precisión) tanto la posición como la velocidad (en realidad, el “momento”) de una partícula fundamental.
Sin embargo, si no nos importa la posición, entonces podemos medir la velocidad con la precisión que deseamos … o (por el contrario) si no nos importa la velocidad, podemos obtener la posición con la precisión que queramos.
Por lo tanto, podemos medir la velocidad de la luz con mucha precisión y no importa dónde está exactamente el fotón cuando lo hacemos.
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Afortunadamente, este tipo de estudio nos dice que todos los fotones se mueven a la misma velocidad … así que ahora podemos seguir y ver dónde están los fotones sin tener que medir su velocidad.
Tal vez se pregunte si podría cambiar a escondidas la velocidad de un fotón midiendo su posición con precisión, pero en mi primer párrafo, señalé que no es la “velocidad” lo que se vuelve loco cuando lo hace, es el impulso. Entonces, si medimos la posición con cuidado y SABEMOS la velocidad, ahora no tendremos certeza acerca de la masa del fotón (que es su energía) y es posible que tengamos dudas acerca de su dirección exacta (porque la velocidad no es lo mismo que ” velocidad”).