Respuesta simple: la información sensorial nos dice lo que está sucediendo en nosotros mismos y en nuestro entorno.
Los humanos y otros animales procesan constantemente información que es detectada por sus propios órganos sensoriales.
Todos los órganos sensoriales, como los ojos y la piel, contienen células especiales que convierten la energía entrante como la luz y el calor en señales, que luego viajan desde los órganos sensoriales, a través de los nervios sensoriales, hasta el cerebro.
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El cerebro filtra e integra el flujo constante de señales entrantes de los sentidos para mantener una conciencia de la situación actual, incluido el estado interno del cuerpo y el estado del entorno externo. Por ejemplo, un sonido particular detectado por los oídos y señalado al cerebro a través del nervio auditivo podría reconocerse como el sonido de la bocina de un automóvil cercano.
El cerebro utiliza toda esta información sensorial no solo para mantener una conciencia de la situación actual, sino también para anticipar lo que puede suceder y decidir qué hacer, es decir, cómo responder mejor con el comportamiento apropiado y los recursos disponibles.