Así es como funciona:
El océano en el lado de la Tierra que mira a la luna es atraído hacia la luna más que el centro del planeta. Esto crea una marea alta. En el otro lado de la Tierra, ocurre otra marea alta, porque el centro de la Tierra está siendo arrastrado hacia la luna más que el océano en el otro lado. El resultado esencialmente aleja al planeta del océano (una fuerza negativa que efectivamente eleva al océano del planeta).
Sin embargo, no hay una diferencia apreciable en el efecto gravitacional de la luna en un lado de su cuerpo frente al otro. Incluso en un gran lago, las mareas son extremadamente menores. En los Grandes Lagos, por ejemplo, las mareas nunca superan las 2 pulgadas, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), que agrega: “Estas variaciones menores están enmascaradas por las mayores fluctuaciones en los niveles de los lagos producidas por el viento y los cambios de presión barométrica. En consecuencia, se considera que los Grandes Lagos son esencialmente no de marea “.
- Nos enseñan que los planetas orbitan en elipses, que son secciones cónicas. ¿Hay algún significado geométrico o astronómico del cono imaginario (su ápice, eje o ángulo) que, cuando se corta por la eclíptica, forma una órbita?
- ¿Cuál es la razón principal del aumento de la temperatura en la Tierra? ¿Cómo podemos superarlo?
- ¿Cuál será el impacto en la tierra si toda la luna repentina se desvanece?
- ¿Cómo explican los pilotos las fuerzas ficticias que actúan en el avión debido a la rotación de la Tierra?
- ¿Tendría el planeta de hielo de Hoth estaciones?
Considere también que las mareas en los océanos de la Tierra suceden dos veces al día a medida que la Tierra gira sobre su eje cada 24 horas, lo que hace que la luna suba y baje constantemente en el cielo. Si el tirón de la luna afectara al cuerpo humano, uno podría suponer que estaríamos fuera de balance al menos dos veces al día (y tal vez lo estemos).
Si bien muchas personas creen que la luna llena influye en el comportamiento, los estudios científicos han encontrado muy poca evidencia que respalde el “efecto lunar”