Si bien el ladrillo es duradero, aún requiere un mantenimiento ocasional. Sin embargo, las técnicas de limpieza severas pueden dañar su superficie. Ya sea que esté limpiando paredes de ladrillo interiores o exteriores, los métodos naturales son formas efectivas de extender la vida útil de su ladrillo y mantenerlo con el mejor aspecto.
Preparar la superficie
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Logre los mejores resultados preparando un espacio de trabajo limpio. Retire todos los tapices y materiales como alfombras de área. Si está limpiando una pared interior, coloque unos trapos o toallas viejas en la base de la pared para atrapar cualquier goteo o derrame que caiga en el piso. Las telarañas y el polvo se acumulan en las paredes de ladrillo; quítelos con un cepillo natural con cerdas rígidas. Evite los cepillos con cerdas de metal o alambre, ya que pueden dañar la superficie; Además, use un movimiento de fregado suave para preservar el ladrillo frágil. Como con todos los métodos de limpieza, comience con los tratamientos mínimos primero y avance a métodos más vigorosos para trabajos de limpieza intensivos.
Paredes de ladrillo interiores
Trabajar en paredes de ladrillo interiores requiere un poco más de cuidado. Comience quitando el polvo con un trapo, un plumero o una aspiradora. El agua tibia es suficiente para tratar ladrillos moderadamente sucios, mientras que los suelos más pesados pueden requerir una limpieza más profunda. Al igual que con las paredes exteriores, las paredes interiores se pueden limpiar con una solución de vinagre y agua con un trapo o cepillo grueso. Use un cepillo de dientes viejo para fregar el mortero.
Paredes exteriores de ladrillo
Las paredes exteriores de ladrillo requieren un cuidado mínimo, pero la limpieza ocasional los mantiene viéndose lo mejor posible. Rocíe las paredes con una manguera de jardín una vez al año para eliminar la suciedad suelta y evitar que se absorba en la superficie porosa del ladrillo. Para una limpieza profunda más vigorosa, use una lavadora a presión. La fuerza del agua presurizada brinda una limpieza potente, pero no la use en ladrillos pintados ya que puede dañar el acabado. Si el agua no funciona, prepare una solución de 1 taza de vinagre blanco y 1 galón de agua tibia, agregue un poco a una botella rociadora vacía y use un cepillo suave para fregar suavemente las áreas sucias. Esta técnica también ilumina los pisos de ladrillo y las fachadas de las chimeneas. Cuando trabaje con moho, use siempre guantes y una máscara facial para evitar el contacto con toxinas potencialmente dañinas.