Si mira fijamente (con los ojos cerrados) una luz roja muy fuerte, ¿por qué todo tiene un color diferente una vez que lo apaga?

OK, rápido 101 sobre cómo percibes el color.

La luz entra a los ojos a través de la pupila y salpica en la pared interna del globo ocular. Esta superficie está cubierta con un montón de pequeñas células que reaccionan a la luz y envían ondas de señales al cerebro. Algunas de estas células responden al brillo de la luz. Gracias a su forma, los llamamos varillas.

A los otros los llamamos conos. Hay tres tipos de conos, que responden a un rango de longitudes de onda de luz. Uno, (lo llamaremos S), comienza a enviar un pulso lento de mensajes cuando se golpea con luz alrededor de 400 nm, acumulando un mensaje intenso alrededor de 460 nm, y luego baja nuevamente hasta que deja de responder a aproximadamente 550 nm.

El cono M comienza aproximadamente en el mismo lugar, alcanza su punto máximo a 550 nm y luego deja de reaccionar a la luz por encima de aproximadamente 660 nm. El último cono, que llamaremos L, alcanza su punto máximo a 600 nm y deja de reaccionar a unos 700 nm. Notarás una gran superposición allí. Básicamente, dependiendo de cuánto responda cada célula, su cerebro descifrará esa combinación como un color.

La cosa es que hay colores que podemos ver que no son simplemente combinaciones de longitudes de onda. El magenta, por ejemplo, no es el resultado de una longitud de onda que hace que los conos reaccionen de una manera única. Entonces, hay más cosas que solo conos S, M y L que envían una tasa particular de mensajería.

Una cosa que sucede se llama ‘teoría del proceso del oponente’, donde otras células nerviosas envían mensajes informando colores opuestos en respuesta a la detección de una longitud de onda. Ver verde significa que estas otras celdas informarán rojo, azul causará amarillo. Curiosamente, hay una respuesta antogonística cuando se ve negro, en estas celdas también se informa que se ve luz blanca.

¿Por qué pasó esto? La historia corta es que ayuda a su cerebro a hacer distinciones claras entre tonos y matices. Es un ajuste fino para el color.

Sin embargo, cuando una célula deja de enviar información (ya sea porque está agotada, dañada o porque ha bloqueado la fuente de luz), los nervios ‘opuestos’ antagonistas tardan un poco más en reaccionar. Parte de esta razón tiene que ver con cómo funcionan esas células a nivel químico. Pero la conclusión es que tus ojos tienen muchos trucos ingeniosos para poner una imagen en tu cabeza del mundo que te rodea.