¿Es un colapso ecológico planetario realistamente evitable?

¿De modo realista? Probablemente no. Teóricamente sí.

La única herramienta que podría prevenir la inminente catástrofe ecológica es la introducción de un impuesto global al carbono. Eso tendría un precio en el costo de la externalidad (negativa) de la contaminación en el costo de cada producto y servicio consumido en el planeta, desplazando la carga de volverse menos dependiente del combustible fósil en el “mercado”, a través de los consumidores que eligen productos más baratos.

Tal impuesto podría (al menos en el mundo desarrollado) ser “” neutral en cuanto a los ingresos “(o cercano a los ingresos neutrales) al reducir los impuestos sobre la nómina, fomentando así el empleo.

El problema es que las naciones en desarrollo no pueden esperar razonablemente absorber tal aumento en el costo de todo mientras continúan sacando a millones de personas pobres que viven en ellas de la pobreza a un ritmo cercano al que están haciendo actualmente. Y los países en desarrollo (con razón) señalan con el dedo a Occidente, diciendo que las naciones desarrolladas han causado la mayoría del problema a lo largo de su proceso de industrialización (por ejemplo, solo Estados Unidos es responsable de aproximadamente el 40% de todas las emisiones históricas).

La única forma de combinar la introducción de un impuesto global al carbono con el rápido crecimiento continuo en el “” Tercer Mundo “sería un mecanismo global de reciclaje de excedentes, del tipo defendido por el eminente macroeconomista Dr. Yanis Varoufakis (ex Ministro de Finanzas griego) Para obtener más información sobre este punto, así como una explicación fascinante de las causas de la crisis financiera mundial de 2008, lea su libro “” El Minotauro Global “), que en última instancia implica una unión fiscal global, es decir, un gobierno mundial.

Pero dado que todas las naciones del mundo son en realidad vehículos para la protección de los intereses de sus respectivas “élites”, y son atendidas por políticos hambrientos de poder, las posibilidades de que cada uno de ellos acepte renunciar a su poder a favor de un El gobierno mundial es cero.

Nuevamente, teóricamente, sí, podemos como humanidad evitar las consecuencias catastróficas de las tendencias actuales, pero las posibilidades de que lo hagamos son muy, muy escasas.