No podemos entender el lenguaje de otras especies por la misma razón por la que no podemos percibir el mundo como ellos. Funcionamos de manera diferente. Es posible que podamos obtener una “decodificación” rudimentaria de los simios porque están bastante cerca de nosotros y nuestro sistema de idiomas evolucionó a partir del de ellos, pero eso es todo.
Las ranas tienen una asombrosa variedad de llamadas y sonidos. Las ballenas tienen canciones altamente estructuradas que se transmiten culturalmente. Las abejas tienen su lenguaje de baile que puede comunicar con precisión la dirección, la distancia y la naturaleza de una nueva fuente de alimento o nido. Nuestros músculos de la laringe, los labios y la lengua son casi tan sofisticados como las aves siringas usan para comunicarse.
Lo mejor que podemos hacer es descubrir la función de estos sonidos. Una rana macho hace una llamada específica y una hembra se acerca a él, por lo tanto, inferimos que es una llamada de apareamiento.
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Una de las características del lenguaje humano por capas de significado implícito, entendida solo dentro de un contexto cultural y social. Esto es algo que no podemos inferir en otros animales, porque no somos ellos. Al igual que un chimpancé no puede entender un poema, tampoco podemos entender sus gruñidos ni los significados adicionales de solo chimpancé que puedan tener.
Estás interpretando las noticias erróneamente. No es que los animales sean más listos que nosotros. Es que todos operamos de manera diferente. No podemos esperar entender los idiomas de otras especies, al igual que no podemos esperar que entiendan el nuestro.
Hay muy poca diferencia entre dos perros olisqueándose el trasero y dos humanos diciendo “Hola” 😉