La viscosidad es una medida de la resistencia de un fluido que se deforma por el esfuerzo cortante o el esfuerzo de tracción. En términos cotidianos (y solo para fluidos), la viscosidad es “espesor” o “fricción interna”. Por lo tanto, el agua es “delgada” y tiene una viscosidad más baja, mientras que la miel es “espesa” y tiene una viscosidad más alta. En pocas palabras, cuanto menos viscoso es el líquido, mayor es su facilidad de movimiento (fluidez).
La viscosidad describe la resistencia interna de un fluido al flujo y puede considerarse como una medida de la fricción del fluido. Por ejemplo, el magma félsico de alta viscosidad creará un estratovolcán alto y empinado, porque no puede fluir mucho antes de que se enfríe, mientras que la lava máfica de baja viscosidad creará un volcán de escudo ancho y de poca pendiente. Todos los fluidos reales (excepto los superfluidos) tienen cierta resistencia al estrés y, por lo tanto, son viscosos, pero un fluido que no tiene resistencia al esfuerzo cortante se conoce como fluido ideal o fluido invisible.
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