Los investigadores que realizaron análisis de ADN en los restos del rey Tut y sus familiares hicieron un descubrimiento sorprendente.
El niño rey, creían, era producto del incesto entre el faraón Akhenaton y una de sus hermanas de sangre completa. Los investigadores creen que la madre del rey Tut es Kiya, también conocida como la dama más joven. El ADN de Kiya lo demostró. El incesto no era infrecuente entre la realeza egipcia antigua. Pero en el caso del rey Tut, plantó la semilla de su muerte prematura. Los expertos creen que esta tendencia contribuyó a una mayor incidencia de defectos congénitos, como el paladar hendido y el pie zambo de King Tut.
Tutankamón se casaría con la hija de su padre y su propia hermana, Ankhesenamun. Tenían 2 hijas aún nacidas. Las hijas probablemente nunca vivieron debido a la relación de incesto entre el rey tut y su esposa hermana.
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Los científicos de iGENEA reconstruyeron el perfil de ADN del niño Faraón.
Los resultados mostraron que King Tut pertenecía a un grupo de perfil genético, conocido como haplogrupo R1b1a2, al que pertenece más del 50 por ciento de todos los hombres en Europa occidental, lo que indica que comparten un ancestro común.
Entre los egipcios modernos, este contingente de haplogrupos está por debajo del 1 por ciento, según iGENEA.
Alrededor del 70 por ciento de los españoles y el 60 por ciento de los hombres franceses también pertenecen al grupo genético del faraón que gobernó Egipto hace más de 3.000 años.
La mitad de los hombres europeos comparten el ADN del rey Tut