Dos lunas ya son inestables a largo plazo. ¿Tres?
No es imposible, solo que nuestro sistema planetario se vería muy diferente de lo que imaginas.
Podríamos haber tenido tres lunas en los primeros días del sistema solar. En esos tiempos caóticos, los satélites iban y venían, volando, huyendo, golpeando contra planetas y entre sí. Las lunas habrían sido de todas las formas y tamaños, desde nuestra Luna hasta el pequeño asteroide capturado Demios de Marte. Sin embargo, en unos pocos millones de años, las lunas se habrían fusionado con su planeta padre o habrían sido expulsadas de la órbita. La raza humana aún no había evolucionado, dado que la Tierra no tenía una corteza sólida en ese momento.
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Alternativamente, un sistema de tres lunas puede mantenerse estable por resonancia orbital. Las lunas se empujan entre sí para formar órbitas coincidentes. Las lunas jovianas son un ejemplo, con las órbitas de Ganímedes, Europa e Io en una proporción ordenada. Este tipo de arreglo es muy raro. En la mayoría de los casos, se descompone sin lograr estabilidad.
Pero, ¿y si la Tierra, contra todo pronóstico, albergara tres lunas? Todo lo que la luna hace actualmente por nosotros será magnificado. Las mareas serían impredecibles y terriblemente violentas. Los terremotos serían mucho más comunes ya que las lunas tiran de la corteza terrestre en diferentes direcciones. Las noches serían iluminadas por el resplandor de tres lunas. La duración del día, otra cosa que damos por sentado, también es una víctima. Actualmente, un día dura 24 horas, pero hace 600 millones de años eran 21 horas. La Luna roba energía cinética rotacional de la Tierra, acelerando mientras nos ralentiza. No está claro cómo se desarrollará esto con tres lunas.
En un mundo tan diferente al nuestro, es poco probable que los primates hayan desarrollado cerebros más grandes, colas más cortas y cuerpos sin pelo. El nicho para los animales inteligentes y sociales podría haber caído en los mamíferos marinos como los delfines o las ballenas. Están protegidos de la ira de las lunas en virtud de vivir en el agua.
Las civilizaciones de delfines no suenan tan mal. Sin embargo, cuando el sistema de tres lunas caiga, y lo hará, el mundo estará sujeto a una avalancha de miles de millones de kilómetros cúbicos de roca. Esto debería ser suficiente para terminar con toda la vida compleja en la Tierra.
Mientras tanto, fuera de los escombros, se forma una luna nueva. Lástima que solo haya bacterias extremófilas para presenciarlo.
